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sábado, 28 de mayo de 2011

Así nació la canción “A Chimbote” de Los Rumbaney

POR: EDUARDO QUEVEDO SERRANO
Un modesto homenaje a la
canción más popular de Chimbote




Mucho se ha dicho y escrito en Chimbote sobre las circunstancias en que la canción “A Chimbote” fue compuesta, e interpretada por primera vez en público por la orquesta Los Rumbaney’s. Sin embargo, estas versiones no necesariamente son exactas, y en muchos casos se contradicen unas con otras.

domingo, 15 de mayo de 2011

Lucerito Alcalde, nuestra sirena de mayo


El mar es un elemento indiscutible en la perspectiva paisajística de nuestra ciudad. A pesar del descuido en que ha caído el litoral, producto de la insensibilidad del ser humano con la naturaleza, el océano nos ofrece aún las encantadoras curvas de sus olas y esa suave brisa que golpea los rostros cuando nos acercamos a sus orillas. Lucerito Alcalde, nuestra sirena de Mayo se animó a realizar un recorrido vespertino por los muelles Gildemeister y el muelle Artesanal para vivir de cerca los fragores de la actividad pesquera. Con apenas 19 años, esta coqueta joven chimbotana, fanática de los viajes y defensora de la naturaleza, se suma al pedido de los chimbotanos de "SALVAR NUESTRA BAHÍA"

domingo, 8 de mayo de 2011

Travesías en "La Jungla"

Es noche de sábado y en todas las arterias de la ciudad un gentío de jóvenes y adolescentes se alistan para salir de rumba. Los motivos sobran: El cumpleaños del amigo, la dicha porque al fin la hembrita que tanto le gustaba se decidió a darle el sí, el gran triunfo de los cremas sobre su clásico rival Alianza Lima, haber conseguido “chamba” luego de varios meses de intensa búsqueda o simplemente el deseo de querer ‘pegársela’ hasta que alumbre el gringo. En fin, una diversidad de razones y sin razones que alborotan la mente de miles de jóvenes que esperan hacerla “linda” una noche sábado.

Madre

De qué pozo volcánico
proviene ese inmenso amor
que se desprende
de tus manos.
A media noche te has crucificado
para sanar mis heridas;
por ti he crecido
bebiendo la vida de tus pechos.
¡Oh Diosa terrenal
que tantas veces
venciste por mí el sopor
del sueño!
Sigues aquí cuando
todos ya se han ido,
arropándome con tu manto,
siendo la luz de este oscuro camino.
Tus palabras no envejecen,
tienen en su aliento
la fragancia eterna de los cielos.
Voy a ir a tus brazos,
a correr en ellos como
lo hace la liebre en el campo;
Madre, voy a ir por tu mano,
esa que sabe curar
todo lo que en mí ha tocado.