Han transcurrido 105 años desde la creación política del distrito de Chimbote y a pesar de los incontables intentos por descifrar la identidad que caracteriza a nuestro puerto aún queda flotando en el aire, como una duda inquebrantable, la pregunta: ¿Qué clase de ciudad somos?
Tiempo atrás, gracias a la variedad ictiológica de nuestro mar, recibimos la condecoración de “Primer puerto pesquero del mundo”. Por entonces la ciudad lucía como una precaria caleta de pescadores que se agitaba con el fragor de los inmigrantes, quienes llegaban hasta estas costas atraídos por el prodigioso mar. Mucho antes, cuando la mano del hombre apenas asomaba en estos lares, la bahía mantenía su frescura y candor, despertando el interés de los viajeros quienes se detenían aquí para disfrutar de la majestuosidad del océano azul - De esto quedan muestras fotográficas que permiten enorgullecernos del pasado y añorar con nostalgia aquél paraíso turístico.
Pero Chimbote es también sinónimo de contaminación, de industrialización pesquera y del acero, de bonanza económica, de improvisación política, de gestas sociales que lastimosamente dejan siempre un saldo de víctimas que se trata de enaltecer con el falso rótulo de “héroes”. Para no pocos somos una ciudad violenta, burilada con el virus de la delincuencia que semana a semana es primera plana en los diarios. Hemos sido catalogados, gracias al éxito de las agrupaciones de cumbia que llegan al puerto, como una ciudad “cumbiambera”; en el esquema estratégico del narcotráfico ocupamos un sitial clave para los transes y el lavado de dinero. Tenemos como estandarte la mundialmente reconocida calidad de músicos como Los Pasteles Verdes y los Rumbaney, la poesía de Juan Ojeda. El espíritu deportivo de la gente alcanza su máxima expresión cuando juega el Club José Gálvez; además la generosidad de la naturaleza ha permitido que heredemos gratuitamente la majestuosa isla blanca y el imponente Cerro de la Juventud.
De seguro que los rasgos hasta aquí mencionados pueden encontrarse en otras ciudades del país que han sufrido la misma transformación sociopolítica y ambiental; y padecen los mismos males arraigados por la globalización que impera. La gran diferencia estriba en que somos un pueblo de gente “guerrera”, como lo dijera atinadamente hace unos días el pintor Héctor Chinchayán en la entrevista que le hicimos para dar a conocer su muestra de pinturas “Enigmas”. Son estos guerreros, tercos, idealistas, artistas e intelectuales nacidos en esta tierra los que pugnan por convertir a Chimbote en un foco de la cultura a la par de otras ciudades del Perú. La tarea es ardua y merece el respaldo obligatorio de las autoridades. Sin embargo durante las celebraciones por el 105 Aniversario de la creación política del Distrito se produjeron desatinos que desdicen la labor difusora y promotora de la cultura que dice asumir la Municipalidad. No se puede incentivar el arte pisoteándolo tal y como ocurrió con el noble artista Héctor Chinchayán, quien tuvo que suspender su muestra de pintura en la sala de arte Municipal, porque a alguien se le ocurrió convertir el lugar en un almacén de escaleras, trapos y tarros de pintura. Puede interpretarse como un desliz en contra del prestigioso historiador, docente e investigador Víctor Unyén Velezmoro programar casi simultáneamente la presentación de su obra Ancahs: Un Viaje por la historia, en el Auditorio Municipal y el Festibote, evento artístico que congregó a las mejores agrupaciones de cumbia del país en la plaza de Armas y desató la efervescencia popular propalando un ruido ensordecedor que se colaba en el Auditorio, confirmando una vez más que seguimos siendo una ciudad tan o más “cumbiambera” que antes. No podemos negar que a la gran mayoría de chimbotanos y a nuestras autoridades les resulta más atractivo respaldar masivamente un evento de este tipo que asistir a la presentación de un libro o algún otro acto cultural. Aceptemos por el momento que Chimbote aún no alcanza el compromiso con la cultura que pretenden los artistas y difusores culturales. Queda preguntarnos entonces. ¿Qué clase de ciudad somos? ¿Qué opinan ustedes?
Opino que el artista debe ganarse a la gente, Marquitos, sinceramente, tu amigo Luis.
ResponderBorrarTal vez no conozca la realidad Chimbotana a profundidad, pero tengo amigos y familia que certifican que Chimbote, a pesar de sus 105 años de creación política aún está en vías de desarrollo. Al igual que nuestro querido país.
ResponderBorrarChimbote tiene grandes recursos para explotar y estoy bastante segura que esta web se esmera en recalcar los grandes acontecimientos que surgen entorno a ella, sin embargo, por más que se critique o se explaye de manera "sutil", muchos no entenderán. Se habla también de los grandes gastos que hace el gobierno local, y la verdad es que discrepo en todo sentido en el afán "recompensar" a la población con grupos musicales populares...¿No hay manifestaciones casi mensualmente y paros por la disconformidad de los salarios y demás problemas económicos? Entonces, esa "bromita"... del Festibote, ¿Puede ser sólo un espejismo por parte de su alcalde para quedar bien con los ciudadanos y ser reelecto en un periodo no muy lejano? Es cierto que ningún gobierno está solidificado, pero mientras no deje de existir la corrupción, no sepan administrar sus recursos, no le den interés a los mismos, y la gente no sepa elegir a sus gobernantes, tanto Chimbote como el Perú seguirá su destino, lo curioso de todo este dilema es que... está en las manos de la población y de sus decisiones. Chimbote es la llamada tierra de promisión, y tiene todo para salir adelante como ciudad, alegando a los artistas, escritores, y personajes descritos con antelación, así que sólo falta poner empeño, y Chimbote crecerá de manera insólita :)
Marco, lindo articulo felicitaciones, al respecto opino
ResponderBorrarLa identidad es… hija de la historia y no podemos captarla tan solo estáticamente. La identidad tiene que ser captada diacrónicamente y sincrónicamente al mismo tiempo, es decir, longitudinal y transversalmente; dialécticamente, porque se trata de un objeto vivo”. Cita y copiamos
En un primer sentido ‘identidad’ se refiere a identificación, porque todas las cosas tienen rasgos que permiten reconocerlas y diferenciarlas de las cosas restantes y en este sentido tienen identidad.
En un segundo sentido cuando ‘identidad’ se refiere a una sociedad determinada, cuando quiere decir que todos o una gran mayoría de miembros de dicha sociedad tienen rasgos comunes.
En un tercer sentido, ‘identidad’ significa mas bien un ideal, se refiere, no a lo que tienen, sino a los rasgos comunes que quisiéramos que tuvieran’.
¿Qué somos… Qué fuimos…Qué queremos ser mañana?, son preguntas que deberán tener respuestas cuando tengamos definido el ‘norte’ donde iremos.
Este ‘norte’ con planes de desarrollo con visión cultural, social, industrial y humana es el que debe forjar nuestra identidad, con conocimiento de nuestra historia y antropología.No habrá visión prospectiva sin conocimiento histórico.
Muy de acuerdo..a las autoridades apoyan lo mas practico y lo mas rapido que les lleve a la popularidad.....
ResponderBorrarLo que narras en la parte final de tu articulo es un VS cultural, en tu ignorancia, no puedes desmerecer el trabajo artístico y lo que representa culturalmente un grupo de cumbia. Actualmente este fenómeno viene siendo estudiado por antropólogos, sociólogos y artistas, realmente los peruanos no consumimos cultura? Simplemente se trato de una desorganización, como de costumbre, de parte de la municipalidad.
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