Vivimos tiempos violentos, de convulsión social. ¿Como poeta crees que la poesía sigue siendo un camino para sensibilizar al ser humano?
Es muy cierto que vivimos tiempos de caos, de violencia, la destrucción del hombre por el hombre, etc. Y para sensibilizar a la sociedad como tal, no solo es importante la poesía, sino que también los demás géneros.
Y si hablamos de la poesía como uno de los elementos sensibilizador tenemos que entender en primer lugar que la poesía es una fórmula de trascendimiento de la realidad. La eficacia expresiva me parece más importante que la perfección estética. Y nada de lo que es humano puede dejarse de lado en el tratamiento de la poesía.
Respondiendo a tu pregunta, afirmo que sí, porque la poesía sigue y seguirá siendo un camino para sensibilizar al ser humano. La poesía es entrar en el ser. Y cuando lo hace arriesga, desafía y revoluciona. Y el poeta funde estos tres elementos asumiendo un compromiso único entre su vida, su obra y la realidad.
Pero entonces ¿qué estrategias seguir para acercar al hombre a la poesía?
Primero tenemos que destruir o dejar de lado la razón política, la razón científica y la razón técnica, que solo han conllevado a que el mundo se torne en un caos. Y la poesía sería una razón poética que puede seguir las siguientes estrategias, aunque existen muchas, pero puedo dar algunos que a mí me han servido cuando tenía que enfrentarme como docente. Digo esto, porque debemos empezar con los niños en las escuelas.
1. Motivar a los niños o jóvenes a visualizar imágenes creadas por los textos poéticos y a cultivar la atención, para que usen lo imaginario en la expresión poética.
2. Bibliotecas audiovisuales de poesía local, nacional e internacional con grabaciones de recitales en las que personas que recitan tengan una voz atractiva, prestando atención a la corrección y expresividad de la declamación.
3. Para suscitar el interés leerles periódicamente poemas (sobre ciertos temas). Estimularlos a que ellos mismos escriban poemas (no para obtener una buena nota, sino para que desarrollen el interés. Y por último compilarlos en una plaquette.
Tú ganaste un Premio Internacional y recibiste el reconocimiento de la Municipalidad. Están haciendo lo suficiente las autoridades para promover el arte en la ciudad.
Rotundamente, no. Como dije en algunas líneas, que si imponemos la razón política para llenarse los bolsillos y mirar de soslayo a la cultura. Nunca se hará nada. Y para que nosotros no alcemos nuestra voz de protesta, nos alimentan con migajas, con respirador artificial, nos atienden aislados, como si fuéramos bichos raros. Como si la cultura no fuese la base fundamental para el desarrollo de los pueblos. Y para colmo, nunca he podido ver a una autoridad sentado, aunque sea media hora, en un acto cultural. Pero sí aparecen cuando prenden juegos artificiales, bailes sociales, banquetes, etc. Un acto cultural es para ellos un aburrimiento. Eso no da aplausos, ni aceptabilidad de un buen gobierno.
Te imaginas que para que yo reciba ese reconocimiento, el amigo Paulino Meléndez, por cierto, un de los mejores bibliotecarios que existe en nuestra ciudad, tuvo que bregar con documentos fehacientes ante las autoridades de turno para que me puedan brindar la medalla Cívica de la ciudad. Si eso no lo hacía Paulino, nunca hubiera recibido nada. Esto es una clara muestra de cómo nuestras autoridades viven ajenas al quehacer cultural de sus habitantes.
Por qué Chimbote, a pesar de tener artistas representativos a nivel nacional y referentes en la esfera mundial, no ha podido consolidar aún una identidad cultural sólida. ¿Qué está faltando?
El tema de consolidar nuestra identidad es entonces un trabajo que tiene una doble finalidad, por una lado encontrar un sentimiento interno de unidad, y por otro desde nuestras relaciones con el mundo el de singularizarnos, esto es diferenciarnos del otro, desde algún punto, no por algo la sociedad premia o destaca aquello que es creativo, aquello que se convierte en marca registrada. Pero además de ese reconocimiento implica que lo que hagamos nos permita algún grado de autorrealización y trascendencia. Maslow hablaba respecto a la necesidad de autorrealización con que no basta solamente que lo que hagamos nos haga felices o nos sea útil solo a nosotros, sino también que también a partir de ese sentimiento de autorrealización trascendamos a nosotros mismos dando a los demás algo también. Por ejemplo si pensamos en el caso de la madre Teresa de Calcuta con la gran obra que ella hizo, allí tendríamos el grado de autorrealización al realizarla que pudo haber en ella que suponemos que estaba, pero además la trascendencia de su obra que trajo ayuda y bienestar a otros y que sembró un camino que otros aún hoy continúan.
Pesa más la vorágine de la cultura Chicha, por encima de cualquier intento promotor de los difusores del arte en la ciudad?
Sí, porque es una maquinaria mal utilizada para promover todo tipo de cambios sociales, económicos, políticos y culturales. Pero aún así, los promotores jóvenes hacen todo el esfuerzo, recorren la ciudad buscando quién pueda apoyar las iniciativas de hacer cultura en una ciudad que vivió alejada de este quehacer.
Yo solo quiero imaginarme todas estas universidades que tenemos si hubieran existido en la década del 60 y 70, tal vez tendríamos otro tipo de sociedad.
Qué anhela César Quispe para Chimbote, la tierra que le llena el alma de poesía.
Una ciudad modelo culturalmente hablando. Con un museo, una renovación en su arquitectura de la ciudad, una bahía descontaminada, una Escuela de Bellas Arte, etc. Y creo que sí se puede realizar, aunque parezca utópico. Si es cuestión de dinero y de gestión, la Región no adolece de la primera, tal vez el punto flaco sería en lo segundo: gestión, la falta de interés para el desarrollo cultural de nuestro pueblo que tienen nuestros gobernantes de turno. Estamos en el siglo XXI, y no podemos seguir viviendo en el caos social y cultural.
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