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viernes, 17 de agosto de 2012

El otro San Pedro


Guardado en una pequeña capilla ubicada en la entrada de la oficina administrativa del Desembarcadero Pesquero Artesanal de Chimbote se encuentra vistiendo un traje  rojo palidecido por el sol, con un sombrero de ala ancha,  portando una Biblia en la mano derecha y un puñado de llaves con la otra, la efigie de un San Pedro que a pesar de no contar con el visto bueno de la Iglesia Católica para su adoración popular, recibe desde 1992, el fervor de la comunidad de pescadores artesanales, quienes atribuyen a sus antepasados el verdadero origen de la Festividad de este Santo en nuestra ciudad.  


Este San Pedro - al que también podría llamársele San Pedrito por su diminuto tamaño -, a diferencia de la tradicional estatua de yeso que se pasea por la ciudad a finales de Junio, tiene la mirada dócil, de quien espera pacientemente el reconocimiento  eclesiástico que lo coloque en el sitial de los otros Santos de la ciudad. La historia de esta imagen tiene su origen en el año 1991, cuando los pescadores artesanales deciden organizarse para conformar una Asociación que los represente y vele por sus derechos laborales y colectivos ante los organismos tutelares de la pesca; pero además de las cuestiones políticas los hombres de mar buscaban una reivindicación social que les devuelva el protagonismo que tuvieron hace más de un siglo cuando eran ellos los abanderados de la fiesta  de San Pedro.  En un intento por recuperar su identidad religiosa, perdida desde que el Concejo Provincial del Santa asumió las riendas de la festividad patronal excluyéndolos del Programa Cívico, los pescadores artesanales sumaron esfuerzos y con el aporte monetario de sus asociados mandaron construir un año después su propia Imagen de San Pedro, levantaron una capilla en el Desembarcadero y organizaron un Programa Festivo sencillo, donde primaba el culto al patrón y el agasajo a los hombres de mar, con ese fervor y humildad con la que se celebraba un siglo atrás. Don Wilfredo Ascue Yepes, Presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales en la década del noventa, fue quien solicitó de manera formal al Monseñor Luis Bambarén, Obispo de la ciudad en ese tiempo, la autorización para que el Santo pudiera recorrer las calles aledañas al Desembarcadero, pasear la imagen en altamar y celebrar su fiesta con la comunidad chimbotana. La respuesta de la autoridad religiosa fue un tajante ¡NO!, aduciendo que ya existía una figura que representaba al apóstol Pedro. La negativa de Monseñor no desalentó a los hombres de mar, quienes decidieron elaborar un Programa Festivo donde incluyeron actividades deportivas, religiosas y sociales que se realizan todos los años dentro del muelle artesanal los días 28 y 29 de Junio. Esas fechas son celebradas con mucha devoción por los pescadores, quienes participan de un Campeonato Interno de fútbol, queman fuegos artificiales, bailan al compás de grupos de cumbia y cantantes folclóricos, beben cerveza y acuden a la tradicional Misa de Honras en Honor al Patrón, todo ello sin salir de los ambientes del Desembarcadero.

Luego de la muerte del señor Ascue en el año 2007 la posta en la dirección del Desembarcadero fue asumida por Octavio Cortez, un Huaylino de 62 años que  no dudó en continuar la brega para que la imagen del Patrón de la Asociación de Pescadores Artesanales traspase las fronteras del  muelle, reciba la adoración de sus vecinos o al menos realice un pequeño paseo por altamar e impregne de su mística a la comunidad Chimbotana.  “¿Acaso esta imagen no representa también al apóstol Pedro? No pretendemos opacar o desprestigiar al tradicional San Pedrito; nuestra intención es devolverles a los pescadores el protagonismo que antes tenían en esta celebración. Las autoridades religiosas hasta ahora han sido mezquinas con nosotros. Poco a poco fueron dejando de lado a los hombres de mar; ya ni siquiera participamos en las celebraciones que ellos organizan y donde se politiza la fiesta. Los pescadores tenemos un fervor a San Pedro arraigado de nuestros antepasados, que fueron los que trajeron la imagen a Chimbote. Esperamos que el año que viene Simón Piorno se sensibilice y nos otorgue carta libre para que nuestra imagen pueda recorrer el mar, que es donde Pedro se desenvolvió con maestría, pasear en la ciudad, vivir nuestra fiesta con sencillez pero con mucho espíritu, creemos que ese es nuestro justo derecho”.

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