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domingo, 13 de octubre de 2013

HIP HOP: La onda urbana que amenaza tomar las calles



Un texto de:
Marco Antonio Silva Mantilla


Desde hace tres años, el Parque de la Cultura del ecológico Distrito de Nuevo Chimbote se ha convertido en el escenario esteral de un grupo de jóvenes y adolescentes difusores del ritmo Hip Hop en nuestra ciudad. Las reuniones se dan los viernes a partir de las nueve de la noche, y congregan a varios de los grupos del género, que se han conformado hasta hoy, entre los que destacan Imperio Sur, Soma, Vico, I.S. Crew y a un pequeño número de solistas que se identifican con este género musical. “Antes llenábamos la rotonda del Parque, la meta que ahora tenemos es recuperar esa acogida” cuenta Camarada (19), líder de Imperio Sur, uno de los grupos pioneros del género, quien reconoce que, dentro de la sociedad, existe el prejuicio de que se vincula a la comunidad rapera con la delincuencia. “En el medio existen muchos talentos que hasta ahora no han sido escuchados; dibujar, bailar, cantar, componer, creo que es algo que no lo hace cualquiera, incluso uno de nuestros integrantes canta en quechua”.
El movimiento del hip hop nació en los barrios neoyorkinos en la década del ochenta, como un vehículo de expresión y protesta para enfrentar una sociedad que, en ese tiempo, se encontraba en proceso de transición. Los grupos se identificaban mediante la pintura (grafiti), el baile (“breakdance”), la poesía (rap) y la música (“scratching”). El potencial creativo de quienes difunden este género ha llegado a convertir al hip hop en una cultura urbana y un modelo de vida de muchos jóvenes, que utilizan su potencial artístico para transmitir opiniones, emociones y en gran medida su disconformidad con la sociedad, expresando, mediante el arte, sus conflictos internos. “Somos lo que somos” y “Para ser escuchados” son dos de las canciones de la variada cartelera musical con la que cuenta Imperio Sur; estos temas hablan de ese sentimiento de sublevación interna, fácil de reconocer en quienes fomentan este tipo de música.

El hip hop se podría definir como una cultura, que incluye cuatro formas artísticas diferentes: el “scratching” o “Dj” que se trata de la mezcla de sonidos, utilizando platos giratorios u otros medios; el break dance, entendido como una forma de baile que se inició a la mitad de los años 60, y ha pasado por diferentes modificaciones (good foot, Electric Boogie, b-boying, etc.); el grafiti, que surgió de los jóvenes de Nueva York para conseguir prestigio en el gueto; y el MC-ing o más conocido como el rap, que tiene su origen en una tradición africana que se basaba en decir frases para animar al público, y la cual ha ido evolucionando hasta llegar a convertirse en poesía urbana. “Las raíces del hip hop tienen un fuerte contenido político, relacionado tanto a las reivindicaciones raciales como a la denuncia de la situación de desprotección, marginación y opresión de una parte muy castigada de la sociedad” enfatiza Camarada.

En el Perú, dentro de la urbe fatal, donde la vertiginosa carrera por subsistir y el caos citadino deforma y genera la neurosis colectiva de nuestra sociedad, se forjó, a mediados de los ochenta, este movimiento, considerado por muchos como subterráneo, que agrupa a una comunidad de jóvenes lúcidos quienes apuestan por manifestar aquel sentir, plasmándolo en canciones, cuya temática discurre entre sentimientos encontrados. Furia, penas, alegrías e identidad nacional, forman la columna vertebral de esta cultura urbana llamada Hip Hop.

Con un lenguaje cotidiano, aquellos muchachos callejeros comenzaron por cantar en las esquinas de los barrios. Bastaba tener ritmo, rima, y ganas de compartir sus sentimientos a través de la música. Pronto aquella expresión cultural tendría un efecto multiplicador que iría más allá de toda frontera. Luego de un tiempo, el Hip Hop se expandió a otras ciudades. En Chimbote, aparecieron, en los inicios de los noventa, coloridas pintas en los muros de fachadas y de los grandes corralones, anunciándose así la llegada de este género musical. Las calles se vieron invadidas de jovenzuelos que realizaban piruetas al compás de ritmos vocalizados que sonaban a poesía. “En la actualidad, con la aparición de la nueva hornada de Hip Hop, el género se ha revitalizado, existe una producción constante de nueva música, básicamente con una temática social que buscamos masificar. Queremos que se valore lo que hacemos, que nos escuchen y acepten como artistas”, afirma Camarada, convencido de que el Hip Hop tomará pronto las calles de la ciudad.

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